El término –tango- parece provenir del idioma ibibio (idioma de la
familia lingüística Níger-Congo), tamgú: ‘tambor’ y ‘bailar (al son del
tambor). El historiador Ricardo Rodríguez Molas investigó los lenguajes de los esclavos llevados a la
Argentina. La mayoría provenía de etnias de Congo, el golfo de Guinea y el sur de Sudán. Para ellos, tangó significaba ‘espacio cerrado’,
‘círculo’ y cualquier espacio privado al que para entrar hay que pedir permiso.
Los traficantes de esclavos españoles llamaban «tangó» a los lugares donde
encerraban a los esclavos, tanto en África como en América. El sitio donde los
vendían también recibía ese nombre. Antes de 1900 a este género se lo llamaba
"tango canyengue",
palabra de origen africano.
El «caminar canyengue» es una manera de caminar con cadenciosos
movimientos de cadera. También se lo llama «caminar arrabalero»,[1]
siendo «arrabal», los suburbios o barrios bajos de las antiguas ciudades de
Buenos Aires y Montevideo. Como lo representa Tita Merello en la cautivante película Arrabalera (1945).
Es difícil escribir un apunte histórico sobre el tango, pero al mismo tiempo, es muy arduo eludirlo, aunque sólo sea, una ligera orientación que les ponga en la pista de este fenómeno cultural- baile, música, canción, poesía, que por una u otra razón atrae a tanta gente y en especial a los mexicanos.
Aunque sobre el tango y sus figuras son muchas las cosas que se discuten y ponen en duda, es generalmente aceptado que el tango nace en Buenos Aires a finales del siglo XIX aunque prefieren decir a modo conciliador, que nació a las orillas del Río de la Plata, con el fin de contentar a los uruguayos que reclaman una compaternidad del fenómeno.
En la presentación conjunta de Argentina y Uruguay
ante la UNESCO para el reconocimiento del tango como patrimonio inmaterial de
la humanidad, se recita:
“El tango nació entre las clases bajas de ambas ciudades (Buenos Aires y
Montevideo) como una expresión originada de la fusión de elementos de las
culturas afro argentinas y afro uruguayas, auténticos criollos e inmigrantes
europeos. Como resultado artístico y cultural de este proceso de hibridación,
el tango es considerado hoy en día como uno de los principales signos de
identidad del Río de la Plata”.[2]
La docente y bailarina de tango en Casa del Lago María Inés Montilla, comenta “a partir del 2010 he enseñado a grupos de milongueros mexicanos, cada año me he percatado del creciente interés en este baile(…) para mí resultaba también una necesidad llevar la enseñanza a gente de diferente esas para acabar con el estereotipo del tango como un hábito de personas de la tercera edad o pasatiempo de gente de alto poder adquisitivo. Por ello se ideó realizar clases en Casa del Lago; si ya estaba el espacio, había que impulsarlo y potenciarlo”.
“Lástima, bandoneón, mi corazón
(2)Formulario de nominación del tango como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
(3)Danza tradicional polaca, nació entre los mazurs, habitantes de la región de Mazovia, de Polonia central, hacia 1500 y se extendió por Europa a comienzos de 1800 como danza de salón para una, cuatro u ocho parejas. Su descendiente fue la varsoviana, una popular danza de parejas. Chopín la introdujo en alguno de sus conciertos. Llegó a España a mediados del siglo XIX, y que desde aquí llego a México y a Hispanoamérica en general.
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Inicios de tango |
Es un hecho de origen popular como el tango y,
por tanto, de nacimiento evolutivo resulta apuntar una fecha de nacimiento. Sin
embargo, lo cierto es que la mayoría de los estudiosos coinciden en dar por
buena la década de 1880 como el punto de partida de lo que entonces no era más
que una determinada manera de bailar la música. La sociedad donde nace el tango
escuchaba y bailaba habaneras, polkas, mazurcas[3] y
algún vals, por lo que respecta a los blancos, mientras que los negros, un 25%
de la población de Buenos Aires en el siglo XIX, se movían al ritmo del
candombe, una forma de danza en la que la pareja no se enlazaba y bailaba de
una manera más marcada por la percusión que por la melodía. Mezcla de códigos cerrados y con lenguaje
particular, el tango germinaba en las casas de baile, orillaba el Riachuelo,
los boliches de carreros y cuarteadores, los conventillos del barrio sur. Por
esos años, muchos de los inmigrantes venían solos y las pocas mujeres que
venían se encontraban en las academias o en las casas de cita.
Pero el
tango como danza no se limitó a las zonas bajas o a sus ambientes cercanos. Se
extendió también a los barrios proletarios y empezó a ganar aceptación "en
las mejores familias", sobre todo después que el baile tuvo éxito en
Europa. La Buenos Aires de los '80 poco a poco se descubría en las academias y
en los teatros. En las comedias, zarzuelas y otras obras, los actores empezaron
a cantar y bailar tango.
Las academias, también llamadas
peringundines, funcionaban sólo bajo autorización en los suburbios o barrios
alejados del centro y, si bien en principio eran sólo para hombres, después
incorporaron mujeres contratadas para bailar. La melodía provenía de flauta,
violín y guitarra. Posteriormente, la flauta fue reemplazada por el
"bandoneón". Los inmigrantes contribuyeron añadiendo aires de
nostalgia a las canciones y de ese modo el tango se fue desarrollando y
adquiriendo un sabor único. Carlos Gardel fue el creador del tango-canción.
Fallecido en 1935 a los 45 años en un accidente aéreo, fue el gran divulgador
del tango en el extranjero. En los 60, en cambio, el género fue ignorado fuera
de la Argentina. Resurgió renovado por Astor Piazzolla, quien le dio una nueva
perspectiva, rompiendo con los esquemas del tango clásico.
Actualmente
el tango está más vivo que nunca, no como el fenómeno de masas que lo engendró,
sino como incuestionable elemento identificatorio del alma porteña y en
permanentes evocaciones desparramadas por todo Buenos Aires. En esencia, es una
expresión artística de fusión, de
naturaleza netamente urbana y raíz suburbana “arrabalero”, que responde al
proceso histórico concreto del mestizaje biológico y cultural de la población
rioplatense pre-inmigración y a la inmigración masiva, mayoritariamente
europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses, a partir
de las últimas décadas del siglo XIX. Clásicamente, el tango se interpreta
mediante orquesta típica o sexteto y reconoce el bandoneón como uno de los
instrumentos esenciales.Se ha dicho que "bandoneón y tango son la misma cosa".
De origen alemán, fue adoptado por los tangueros al iniciarse el siglo XX para
reemplazar la presencia inicial de la flauta y completar el sonido
inconfundible del tango. Cátulo Castillo le atribuye “...al bandoneón la
definitiva sonoridad de lamento que tiene el tango, su inclinación al quejido,
al rezongo”[4]El
bandoneón le impuso al tango su definitiva forma compleja, integrando la
melodía en una base simultáneamente rítmica y armónica.
Esta complejidad melódica-rítmica-armónica, fue fortalecida más adelante
con la incorporación del piano, en sustitución de la guitarra, y el desarrollo
de una técnica de ejecución especialmente tanguera, fundada en la percusión
rítmica. De este modo la base instrumental del tango queda definida como
cuarteto de bandoneón, piano, violín y contrabajo (puede haber guitarra). Sobre
sus instrumentos se conforma la orquesta típica de tango, inventada
originalmente por Julio de Caro en los años veinte y consolidada principalmente
en forma de sexteto con la siguiente integración: piano, dos bandoneones, dos
violines y contrabajo. La orquesta de tango, propiamente dicha, sigue el mismo
esquema, ampliando el grupo de bandoneones, y agregando violas y violonchelos
al grupo de las cuerdas.
El tango es un arte de raíz suburbana, «arrabalero», derivado de su
naturaleza popular. Cabe destacar el diferente origen de suburbio y arrabal,
ahora considerados sinónimos. Arrabal es una palabra de origen árabe, que
significaba ‘fuera de los muros’ en el caso de la ciudad amurallada de
Montevideo. Surge y se desarrolla en los barrios de trabajadores que rodean a
las ciudades rioplatenses: el «arrabal». Para el tango el arrabal es la musa
inspiradora, el lugar de pertenencia que no se debe abandonar, ni traicionar,
ni olvidar. Por sobre todas las cosas, el tanguero es un hombre (y una mujer)
«de barrio». En el lenguaje del tango, el arrabal y el centro componen dos
polos opuestos: el arrabal, muchas veces unido indisolublemente a los amigos y
a «la vieja», expresa lo verdadero y lo auténtico, en tanto que el centro suele
expresar lo pasajero, «las luces» que encandilan, el fracaso. El sentimiento de
pertenencia al arrabal ha llevado al tango a construir culturas de barrio, a
darles personalidad. Sobre todo en Buenos Aires y Montevideo, el tango está
indisolublemente ligado a la identidad de los barrios. La ciudad del tango es
una ciudad vivida desde el arrabal.
Así tras la gran historia el tango, México
ha sido uno de los países que más ha arraigado estas costumbres del país del
sur de América. Como tal, en nuestro país empezó esta interesante historia del
tango con el disco "Mi noche triste", grabado por Carlos Gardel en
1917. Con dicho suceso comienza la era del género de la pasión, canción que influiría definitivamente en la
estructura musical, la temática y la literatura del
tango. A partir de los versos de
Pascual Contursi que salen de su garganta, "El Morocho" inventa el
modo de cantar los tangos. Los cantantes que lo sucedieron, Ignacio Corsini,
Rosita Quiroga, Charlo, Azucena Maizani y Hugo del Carril, entre muchos otros,
se sujetaron por fuerza a este estilo de interpretación.
Gracias al apogeo de la
radiodifusión y los avances fonográficos, en un país que estaba en plena
modernización y recuperándose de una guerra civil. Su majestad el tango invadió
las estaciones de radio, las casas de discos, los gramófonos, los altavoces de
ferias y la mayoría de los hogares mexicanos.[5]
Comenta Jorge Sareli en su libro "El tango a través del
tiempo": “En la década de los treinta, el tango se situaba en la ciudad de
México, por su calidad, su ritmo, su cadencia, su languidez, su temática, su
drama, su tragedia, su ternura, su breve filosofía de la vida, su mensaje, sus
situaciones humorísticas y su coreografía diferente a otros ritmos musicales;
cobró miles de aficionados a este género que apasionó y cautivó a todas las
clases sociales tanto suburbanas como a la elite capitalina”. Continúa
diciendo: “Era la música que más se difundía y se escuchaba con mucho interés y
entusiasmo, se cantaba y se bailaba con la alegría clara de la novedad, que el
pueblo de la ciudad de México asimiló insospechadamente y se adaptó a tal
grado, que compositores y cantantes mexicanos se dedicaron de lleno a
interpretarlo y a sentirlo tanto como cualquier artista argentino o uruguayo”.
Agustín Lara, sin duda el máximo
autor popular que tuvo México, tampoco pudo evitar la influencia de la música
ciudadana en su obra. Compuso varios tangos, la mayoría de ellos fueron
grabados por Libertad Lamarque y entre los que sobresalen "Arráncame la
vida", posiblemente el más conocido, "Carita de cielo",
"Mentira", "Reproche", " No tengo la culpa",
"Canalla", "El cofre", "Lejos",
"Adiós", "Como te extraño", "Consejo", "Lo
de siempre", todos de gran calidad y difusión.
“Tango fatal, soberbio y bruto. Notas arrastradas, perezosamente, en un
teclado gangoso. Tango severo y triste. Tango de amenaza. Baile de amor y
muerte”.
Ricardo
Güiraldes
Por medio de esta historia México ha recopilado
años de historia y ha adaptado estas costumbres y cultura. El tango en México
surge por varios puntos; la influencia de los abuelos, la influencia de Gardel
y Libertad Lamarque marcaron una gran pauta en el gusto hacia el tango, las
películas de los años cuarenta, los boleros y
la música ranchera fueron impulsores de terminar de marcar ese gran puente entre las culturas de
Argentina y México. La oferta de milongas
en la ciudad de México y en todo el país, ha crecido de manera importante de un
tiempo a la fecha, pues las personas aficionadas al baile de tango demandan
cada vez más espacios para desarrollarlo.
Un centro
cultural que se ha preocupado por difundir y transmitir esa educación
milonguera es Casa del Lago, recinto perteneciente a la Universidad Nacional
Autónoma de México, un domingo al mes abre sus puertas a “La Milonga del Lago”
y se convierte en un espacio donde se reúne la comunidad
tanguera y toda la gente que gusta de escuchar y ver bailar tango. Con música
grabada por orquestas del siglo pasado, los milongueros se abrazan y despliegan
su destreza en el baile al compás de las orquestas.
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María Inés Montilla |
La docente y bailarina de tango en Casa del Lago María Inés Montilla, comenta “a partir del 2010 he enseñado a grupos de milongueros mexicanos, cada año me he percatado del creciente interés en este baile(…) para mí resultaba también una necesidad llevar la enseñanza a gente de diferente esas para acabar con el estereotipo del tango como un hábito de personas de la tercera edad o pasatiempo de gente de alto poder adquisitivo. Por ello se ideó realizar clases en Casa del Lago; si ya estaba el espacio, había que impulsarlo y potenciarlo”.
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Noches en "Milonga Malena" |
Además de dar clases en este recinto, Montilla, por
cuenta propia, desde el 2007 hasta la actualidad, cuenta con el estudio de
baile “La Milonga Malena”. Es dentro de la Ciudad de México, un espacio idóneo
para escuchar, bailar y ver bailar tango. En palabras de su creadora, cita “con
una de las mejores pistas de baile de todo México y una excelente música y un
magnífico servicio de alimentos y bebidas, “Malena” reúne cada miércoles a los
numerosos milongueros de la ciudad de México, a turistas nacionales y
extranjeros que llegan a la ciudad, así como a un público deseoso de disfrutar
el espectáculo que ofrecen las parejas al bailar.
También ofrecemos clases de
tango y prácticas asistidas; organizamos exposiciones, espectáculos de tango y
de teatro, es una oportunidad única de reunir a varios".
También dentro de este baile y como
dato importante que Inés Montilla
comenta es la letra dentro de este género musical, que junto con la pareja de
baile nos remite a vivir y sentir el tango “actualmente la gente que se
interesa por el tango, se deja llevar más el vestuario, los pasos y no por sus
letras”. La poesía
tanguera tiene la inhabitual característica de ser considerablemente compleja,
con el uso de metáforas y reflexiones filosóficas y al mismo tiempo muy
popular, sobre todo en los estratos más humildes de la población. Imágenes como
“El misterio de adiós que siembra el tren” que utiliza Homero Manzi en Barrio
de tango (1942), o “Las nieves del tiempo platearon mi sien” de Carlos Gardel
en Volver (1935), o “tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas” creada por
Enrique Santos Discépolo en Cafetín de Buenos Aires (1948), o «tinta roja en el
gris del ayer» que Cátulo Castillo puso en Tinta roja (1941), reúnen una alta
complejidad poética y al mismo tiempo una alta popularidad, que ha persistido
con los años.
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Jorge Bartolucci |
Uno de los máximos promotores actuales de darle esa
importancia a la lírica en el tango es Jorge Bartolucci, personaje que nació en
la Ciudad de Mar del Plata, Argentina. Su madre tuvo mucha influencia en
quererse dedicar a ser “milonguero”, pues ella le enseñó a los siete años los
pasos básicos del tango. Además encabezó la difusión del
tango de salón en México y fue maestro de varias generaciones que en la
actualidad nutren la comunidad tanquera local. Como bailarín fue invitado en
varios festivales internacionales y primera figura en diversos espectáculos de
tango producidos en México.
Bertulocci junto con Sonia Aguilera,
Elisa Rodríguez y José Luis Zamudio, integraron en el 2003 el elenco que ofrecía una novedosa
visión del tango, era una fusión creativa de esta música con la danza moderna.
La obra fue bautizada con la frase ¡Qué falta que me hacés! Cosa que de inmediato
nos remite al antiguo barrio marinero de La Boca, con sus casas de colores
encendidos, amarillos, rojos, verdes, donde el Río de la Plata y el barro a
veces se rebelan. Dice
Jorge Bartolucci, quien fungió como director de esta compañía, que “se trataba
de un proyecto de base musical y coreográfica, donde se da la fusión del tango
clásico y la danza contemporánea, además de otras expresiones del tango más
actual”. El elenco estaba formado por dos parejas tangueras que realizan este
espectáculo de una hora de duración, “ha sido en México una de las mayores
expresiones artísticas que se han realizado con más base Argentina” comentó el
director.
Esta compañía tanguera buscó que la iluminación estuviese lo mejor
cuidada para que lograse el efecto de agradar al público y que se identificara
con la obra. Por lo que respecta a la escenografía, fue sencilla, constaba de
un par de elementos, “en realidad no empleamos muchos”, dice Jorge, “pero de
todos modos es suficiente para transmitir una atmósfera que queremos, las
situaciones, los sentimientos, las circunstancias”. Luego aclara: “La idea
surgió por iniciativa de Sonia Aguilera, bailarina profesional y también mi
esposa. Elisa Rodríguez es bailarina de danza contemporánea, con ella hemos
tenido diversos trabajos exitosos. Elisa viene del Ballet Independiente. En
cuanto a José Luis Zamudio es un bailarín mexicano de tango, él fue alumno
nuestro y ahora es un profesional”. Finalmente, Bartolucci explica que este
espectáculo “es atractivo, ágil, entretenido. Lejos de lo que se puede pensar
en relación con la danza contemporánea, que algunos no entienden del todo su
planeamiento, aquí había realmente una propuesta clara y profesional a la vez”.
El tango es la danza más profunda del mundo.
El nacimiento del tango tuvo lugar
hacia mediados del siglo XIX, en los conglomerados habitacionales alrededor de
la joven ciudad de Buenos Aires. Allí vivían paisanos llegados del interior, inmigrantes
europeos y algunos porteños de escasos recursos; todo ellos formaron una nueva
clase social para la época, nos cuentan Gloria y Rodolfo Dinzel, en un
interesante ensayo sobre el tango. “Quizá en busca de un modo de identificarse
como grupo y de sentir al nuevo hogar como lugar de pertenencia, comenzaron a
crearse manifestaciones culturales resultantes de esta mezcla. Este fue el
principio del tango, que se caracterizó por poseer códigos muy cerrados, sólo
abordables por las clases trabajadoras”. Debido a esta imposibilidad, agregan, “de
comprensión de parte de otros públicos, la difusión del tango fue complicada, y
estuvo abordada básicamente a partir de la danza, que fue casi premonitoria al
tango mismo en su modo musical más característico (ni qué hablar del tango
cantado que llegó bastante después). Es claro que la cultura tanguera,
entendida como usos y costumbres particulares, es anterior al tango como
manifestación artística. Las danzas de salón que involucraban a una mujer y un
hombre abrazados fueron el precedente de este género que se fue depurando hasta
convertirse en lo que desde hace tiempo se conoce como tango”. Entonces
recuerdan que alguien dijo que “el tango es algo más que una suave ondulación
puesta en música, es la danza más profunda del mundo”.
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Pareja en ¡Qué falta qué me hacés! |
Como vemos el tango es toda una expresión corporal
y uno de los elementos por el cual se caracteriza es porel movimiento entre
los bailarines. Para esto comenta Inés Montilla “en la pareja varón-mujer
tradicional los roles de género están sexualmente definidos. Esto quiere decir
que en la pareja de tango es el hombre quien crea y dirige el baile y la mujer
es quien lo sigue, aportando belleza y sensualidad”.
“De noche, cuando me acuesto,
no puedo cerrar la puerta, porque dejándola abierta me hago ilusión que
volvés(...) Y si vieras la catrera como se pone cabrera cuando no nos ve a los
dos ...”
Pascual Contursi
Se dice que el tango argentino es el
sitio por excelencia del machismo y de la heterosexualidad, pero aquí en México
se ha tratado de cambiar ese concepto y que la maestra Montilla de Casa del
Lago ha propuesto en sus clases, una nueva forma de ver y sentir el tango, haciendo que sus parejas se
conecten y conozcan el rol del género opuesto y aprecien más el acto que su
pareja realiza dentro del baile. A fines del año 2000 surgió en Alemania un
movimiento, autodenominado Tango Queer, que propone bailar el tango sin que los
roles estén fijos al sexo de quienes lo danzan. Por lo tanto, en este estilo,
son frecuentes parejas de baile del mismo sexo y se intercambian los roles de
conductor y conducido. Desde Alemania el movimiento se fue extendiendo a
distintas partes del mundo, promovido por las organizaciones LGBT (lesbianas,
gays, bisexuales y personas transgénero). Se celebran festivales de Tango Queer
en Argentina, Dinamarca, Suecia y Estados Unidos.
"La sociedad en la cual se comienza a
bailar tango era mayoritariamente masculina, por la tanto, a la luz pública se
bailaba entre parejas de hombres únicamente, ya que la iglesia aplicaba su
moralismo y no permitía la unión de un hombre y una mujer en esta clase de
baile. (…) El Tango en antaño lo bailaban eran los hombres, no lo bailaban
hombre y mujer, porque eso era prohibido por la ley”. Declara Juliana Hernández
Berrío, bailarina de tango en Casa del Lago.
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Presentación Día del baile |
Actualmente ya es bastante normal ver
a una pareja del sexo opuesto compartir
y bailar en las milongas, por lo que ha sido un largo viaje desde los
inicios hasta nuestras fechas la forma de ver el tango y las diferentes
concepciones que he ha ido manifestando por este baila tan misterioso e íntimo.
Las nuevas parejas que se unen a esta manifestación artística cada vez quedan
más convencidas que más que un pasatiempo es una forma de vida. Tania Servín,
estudiante de tango nivel principiante en Casa de Lago “las clases de tango me
han ayudado a conectarme más con mi cuerpo y estas conscientes de la
coordinación, no sólo se trata de movimiento, es una mezcla de sensaciones. He
tenido la oportunidad de realizar ambos papeles, tanto del rol masculino como
femenino y ha sido una buena
experiencia”. También en palabras de Raúl Chiu, estudiante de primer nivel de
tango comenta “además de que nos aleja de la rutina, es un pasatiempo sensual,
por medio de la técnica, he hace sentir más seguro y saber conectarme con mi
pareja para hacerla sentir bien. Me agradan mucho las clases”.
Los temas que se tratan en un tango varían, van desde el desengaño
amoroso como tema central del tango es un lugar común, aunque sólo parcialmente
cierto. Probablemente lo que llama la atención en la forma en la que el tango
aborda el desengaño amoroso, sea el contraste del hombre duro y orientado al
machismo, emocionalmente restringido, que se abre en las letras del tango,
mostrando su interioridad y la profundidad de su sufrimiento. En el tango los
hombres lloran y hablan de sus emociones, en un mundo en el que los hombres no
deben llorar ni exponer sus sentimientos. El deseo sexual, sublimado en
sensualidad, y la tristeza o melancolía, derivada de un estado permanente de
insatisfacción, son los componentes centrales del tango.
En sus orígenes esos sentimientos
afloraron de la dura situación de millones de trabajadores inmigrantes
mayoritariamente varones, solitarios en una tierra extraña, acudiendo
masivamente a los prostíbulos, donde el sexo pago acentuaba la nostalgia de la
comunión y del amor, la añoranza de la mujer y la evidencia de la soledad. El
tango emergió así de un “resentimiento erótico” masivo y popular, que condujo a
una dura reflexión introspectiva, también masiva y popular, sobre el amor, el
sexo, la frustración y finalmente el sentido de la vida y la muerte para el
hombre común.
La importancia que adquirió la sexualidad y la introspección, así como
una visión existencial y menos optimista de la vida, el tango desarrolló sus
componentes básicos como una expresión artística notablemente relacionada con
la problemática del hombre contemporáneo. Ernesto Sabato reflexiona que la
reunión en el tango de componentes marcadamente existenciales con el temple
metafísico, es lo que hace de esta danza o estas canciones una expresión
artística singular en todo el mundo.
tu ronca maldición maleva
tu lágrima
de ron me lleva
hacia el hondo bajofondo
donde el barro se subleva” .
La última curda
Música: Aníbal Troilo. Letra:
Cátulo Castillo
“Lo necesario para bailar es usar el hemisferio
derecho, seguir nuestras intuiciones, conectarse con uno mismo, para poder así tener
un control sobre nuestro cuerpo, dejar atrás nuestros problemas y permitir que
el romance del tango nos conquiste, (… )la gente que se compromete a seguir
estos pasos quedará seducida por el estado de meditación y sensualidad que el
tango provee” añade Inés Montilla.
Bailar es un rito, un acto de amor
inesperado, imprevisto, misterioso, íntimo. Tango, expresión sensual y
provocadora que comienza en la imaginación y desciende a los pies. Nostálgico,
evocador, audaz, feroz, de garra y diente que atrapa y seduce con pasión
infinita a todo aquel que se atreve a bailarlo y que con sólo un baile que
realices quedas atrapado por su tácito romance.
“…El
tango hacía su voluntá con nosotros y nos arriaba y nos perdía y nos ordenaba y nos volvía a
encontrar…”
Jorge Luis Borges
(1)Ricardo Rodríguez Molas: «Los afroargentinos y el origen del
tango (sociedad, danzas, salones de baile y folclore urbano)», en Desmemoria, 2001.
(3)Danza tradicional polaca, nació entre los mazurs, habitantes de la región de Mazovia, de Polonia central, hacia 1500 y se extendió por Europa a comienzos de 1800 como danza de salón para una, cuatro u ocho parejas. Su descendiente fue la varsoviana, una popular danza de parejas. Chopín la introdujo en alguno de sus conciertos. Llegó a España a mediados del siglo XIX, y que desde aquí llego a México y a Hispanoamérica en general.
(4)Ernesto Sabato: Tango: discusión y clave (pág. 11). Buenos Aires: Losada, 1963.
(5)http://www.todotango.com/spanish/biblioteca/cronicas/cronica_tango_mexico.asp